viernes, 17 de julio de 2009

Algunos si saben el día y hora de su muerte


Tengo una amiga.

Es una de esas chicas con una cierta tendencia a ser introvertida en lo referente a su vida personal, pero cuando has pasado el umbral que separa el colegueo del amigo íntimo, entonces, en ocasiones te suele hacer alguna confesión intima.

Mi amiga se deja querer por las historias paranormales, por aquellos sucesos extraños de difícil explicación por ese tipo de sucesos o acontecimientos que abarcan las pseudo ciencias.

El otro día me llamó y me contó que había tenido un sueño. Un sueño premonitorio, un sueño el cual le reveló que iba a morir. Su sueño le daba todo lujo de detalles de como seria su defunción, casi que le daba la causa el día y la hora exacta.

Le dije: eso solo es un sueño. A veces los significados de los sueños (para los que creen en esas teorías) no siempre están relacionados con el tema soñado. Por ejemplo; si sueñas que se te cae algún diente, no quiere decir que te vas a quedar desdentado sino que está más relacionado con algún tipo de inseguridad personal o que incluso puedes haber contado una mentira y sientas remordimiento. Si sueñas con la muerte, puede interpretarse en los libros de los sueños como todo lo contrario, con prosperidad y alegría.

Mi amiga se empeñaba, juraba y perjuraba que, no, que ella era poseedora de un sexto sentido y que todo lo que ella barruntaba al final acababa cumpliéndose. ¡¡Si tú lo dices!!...te lloraré.

El hecho de que todos moriremos es algo incuestionable, pero saber cuando, como y porque, solo es posible en tres supuestos.

-1º, Si tú eres el que pone tu día y tú hora. Tú eres el brazo ejecutor, tú decides.

-2º, Si te compras este reloj. Él, mediante una operación matemática te dará la hora exacta de tu expiración

-3º, Si estas en el corredor de la muerte de los EEUU.

Esto es la entradilla de un curioso post, donde muchos presos de los corredores de la muerte americanos, si sabían su día y su hora de reunirse, o bien con el creador, o bien con el ángel caído.

Pocas personas tienen la desgracia de saber con certeza la hora exacta en la que van a morir. Saber cuando van a dar su último suspiro o pronunciar sus últimas palabras. Con esa presión han sido ejecutados en EEUU 1.165 condenados a muerte desde que se reinstauró la pena capital en 1976. Seguir leyendo



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