miércoles, 10 de noviembre de 2010

El sexo anal mola…siempre que no seas tú el que pongas el culo



Antes de incorporarme al mundo cibernético (hace ya más de una década), mi relación con el ambiente gay se reducía a un par de colegas mariquitas que en alguna ocasión íbamos al carnaval de Sitges (con el culo “arrambao” a la pared) y en otras ocasiones visitábamos algún local donde frecuentaban algunas amigas de ellos bastante desinhibidas.

El termino gay, palabra anglosajona que guarda algunas diferencias semánticas con las de Homosexual, mariquita o maricón, era un termino que desde mi ignorancia le tenia...digamos que, un plus de respeto y como ignorante en el tema relacionaba a los chicos gays con una serie de tópicos que con el paso del tiempo quedaron diluidos como un par de escupitajos en un charco.

El prototipo que yo tenia de los chicos gays de aquella época era la de un chico con una profesión liberal e independiente que vivía en un apartamento vestido básicamente de muebles IKEA y decorado con esas famosas laminas de Audrey Hepburn fumando con su larga boquilla y un tríptico del icono de Marilyn pintado por Warhol.

Música electrónica, tan moderna que solos los asiduos al Sónar eran capaces de entender. Ropas de jóvenes diseñadores minoritarios y, ese look tan característico de sus cabezas rapadas y ninguno que se preciara le faltaría esas maravillosas gafaspasta que dan ese toque tan cool  al gay  que yo imaginaba.

Con el paso del tiempo y una relación más directa con esta especie de subgénero de homosexuales... digamos que menos amariconados y menos plumaje, me di cuenta que todo era lo mismo  que esos chicos no tenían en sus paredes a Audrey Hepburn ni a Marilyn, sino el calendario de los bomberos de Barcelona  con sus culos en pompa, y que la música que escuchaban como una especie de plegaria todos ellos al unisono iba desde;  Alaska, Cher, la Ambicion rubia pasando por los village people, Mónica Naranjo y Killie Minogue.

Total que le quitas la  palabra gay al individuo en cuestión ¿y que te queda?...pues a un mentecato que se pasa el día hablando de comerse una buena polla y si el domingo pasado le perforaban el ojete en la sauna mientras un oso se la comía a mandíbula batiente.

A lo que me refiero con todo esto no es otra cosa que dejar los corporativismos y tecnicismos semánticos y fijarte en el individuo en cuestión. Lo mismo da que seas seropositivo y Gay que seas un machoman con los gayumbos Calvin Klein por fuera, si eres un Eunuco o la mayor de las folcloricas. Si eres un tipo hueco, lo seguirás siendo por muy temprano que te levantes y vestido de limpio y si te apetece en el interior de tu alcoba embutirte en tu culo el maravilloso dildo John Holmes o un bonito ramo de gardenias, allá tu con tu ojete. El sexo anal mola que te cagas…siempre que no seas tú el que pongas el culo.



1 comentarios:

Anónimo dijo...

En un puro ejercicio de lógica, se entiende que la conclusión es fruto de la experiencia personal. Si tomamos en cuenta que se dice que quien prueba repite, podría ser cuestión de repetir y encontrarle el gusto. Un saludo!