miércoles, 20 de enero de 2010

Haiti; “el euro de la conciencia”



El sentido de la solidaridad es una de las mejores virtudes que puede tener el ser humano

Eso de que el prójimo necesite de ti, y tú le ayudes desinteresadamente es algo de lo poco, que la condición humana se puede sentir orgulloso

Eso ha ocurrido con la catástrofe de Haití

Ese país ha visto como movimientos solidarios de todo el mundo echaban manos de sus recursos e inundaban de alimentos, material básico de supervivencia, toneladas de medicamentos y material medico-quirúrgico, su paupérrimo aeropuerto.

Ahí yacen. Sin apenas infraestructura ni medios para distribuirlos.

A nivel personal, también nos hemos solidarizado como nunca lo habíamos hecho. Los medios de comunicación han hecho una campaña sin precedentes y han removido las conciencias de muchos ciudadanos de a pie.

¡¡Señora, señora!! ¿Usted daría 1 euro para esa pobre gente del terremoto? preguntaba un reportero de TV a una viandante mientras le enchufaba la alcachofa en la boca después de haberla asediado hasta la saciedad con dantescas y escalofriantes imágenes en el telediario de cuerpos esparcidos en cunetas, en descampados, bajo los escombros, quemados en las esquinas y niños polvorientos vagando por las calles como almas en pena.

¡Hombre de dios!, ¿quien no va a dar 1 miserable euro para al menos mitigar en lo mas mínimo semejante sufrimiento?

Quizás ese reportero, esa cadena de TV, debería habernos mostrado mucho antes, que ese país estaba agonizando. El terremoto solo ha sido la puntilla final.

Haití, era antes del terremoto uno de los países mas pobres del planeta, apenas sostenido por la caridad del primer mundo. Sus niños, 1 de cada 14, no llegaran vivos a su primer cumpleaños y 2 de cada 100 jamás cumplirán los 5 años de vida. En total 60 de cada 1000 niños nunca alcanzaran su primer quinquenio.


El terremoto ha aliviado la agonía de muchos de esos niños que estaban condenados a muerte antes de venir al mundo.

Recordad, que nadie lo olvide; Un niño que muere de hambre en nuestra época, en el siglo XXI, es un asesinato a sangre fría, y todos somos cómplices

Y nosotros hacemos eso. Los llamados ciudadanos del primer mundo, nosotros que ahora nos volcamos en una causa posiblemente evitable.

Un terremoto de 7 puntos en la escala Richter "ni siquiera hubiera roto un cristal en Japón", pero en un país que su principal preocupación es la de poder llenar el estomago diariamente, probablemente en lo ultimo que se preocuparían es en hacer construcciones a pruebas de movimientos sísmicos.

Unos pequeños ejemplos; un ciudadano Haitiano ha de pasar el día con poco mas de 1 euro. Con ese euro ha de alimentarse y hacer frente a todos los gastos que le genere su supervivencia.

El país entero generó el pasado año un PIB (producto interior bruto) o lo que es lo mismo, ingresó en sus arcas; 6.908 mil millones de dólares. El PIB de EEUU, es una macroeconomía tan bestial, que ni tan siquiera cuatro de las principales potencias mundiales como son; Japón, Alemania, China y Reino Unido todas ellas juntas superan el PIB Yankie.

Otra muestra más; EEUU gasta billones de dólares en programas armamentísticos. Durante la invasión a Irak, en las primeras horas del ataque a Bagdad se lanzaron más de 40 misiles Tomahawk. Durante toda la guerra se calcula que se lanzaron entre 300 y 600 de esos misiles (solo de esos. Dejamos a un lado el resto de material bélico y las toneladas de bombas de otras características).

Cada misil Tomahawk, cuesta alrededor de 1 millón ó 1.2 millones de dólares.

Pero además esos misiles son lanzados, desde submarinos, buques, o ultramodernos aviones de combate.

Uno de esos superaviones, es el B-2 Spirit.

Esta maravillosa obra de arte de la destrucción, está equipada con la más avanzada y sofisticada tecnología de la que dispone la humanidad. Es capaz de penetrar y atacar blancos enemigos en cualquier parte del mundo sin ser detectado. Solo tiene un pequeño inconveniente (pequeño para algunos) el juguete en cuestión cuesta la friolera de 2.400 millones de dólares.

Estados Unidos dispone de 20 de esos aviones. Ahora hagamos un “suponer”. Si dejásemos de comprar esos Tomahawk y esos 20 aviones, ¡solo esas dos armas de destrucción! y diesemos ese dinero a Haití, le hubiésemos dado el equivalente a 8 ó 10 años de su PIB, y posiblemente, a lo mejor, quizás, puede que los Haitianos con la comida de sus hijos asegurada, hubieran destinado algo de sus rentas en construir edificios con garantías y a lo mejor, posiblemente quien sabe, quizás, puede que ahora no estaríamos hablando de 50, 100 ó 200 mil muertos como al parecer pueden llegar a ser, sino de 1000 o 1300 como ocurrió con un terremoto de similares características en Veracruz (México).

No culpamos a EEUU de nada en cuestión, solo son unos pequeños ejemplos de la hipocresía y a la manipulación donde nos quieren instalar. Desde gobiernos mundiales hasta la mayoría de medios de comunicación.

Hace dos semanas Haití no existía, no era noticia, lo mismo que no son noticia otros muchos países que agonizan en el olvido de todos nosotros. 

Botswana, Suazilandia, Sierra leona, Malí, Somalia. Entre otros. Quizás esos países, estén esperando su terremoto o su tsunami para que nos demos cuenta de que existen que se mueren. Quizás así saquemos nuestro euro del bolsillo y nuestro gobierno los excedentes de medicamentos que los laboratorios les niegan mientras aun den las últimas bocanadas de vida.

2 comentarios:

tata dijo...

cuanta razon teneis, las de colegios y hospitales que se podrian hacer con solo un poco del dinero que utilizan para las guerras.
Yo de dado 5 euros para haiti y aunque no se si les llegara, se me ha encogido el corazon viendo lo que les ha pasado.
un beso

Anónimo dijo...

El negocio de las desgracias
El negocio de la guerra
El negocio de la TV
y esos pobres desgraciados son los actores secundarios