miércoles, 30 de septiembre de 2009

Xenofobia Express



Hola me llamo Yuno y soy Xenófobo.

Todo comenzó hace unos días cuando escuchando una emisora de radio de corte izquierdista, entrevistaron a un responsable de la Asociación S.O.S. Racismo. Allí denunciaba el importante ascenso de xenobia en nuestro país. Como media aproximada este señor calculó que el 50% de los españoles eran xenófobos.

Al principio no me reconocí como tal en la lista de estadísticas que el entrevistado hacían alusión constantemente. Puso algunos de estos ejemplos; Los españoles creen que deben tener preferencia ante un inmigrante a la hora de recibir atención sanitaria. También creen que deben tener preferencias a lo hora de elegir un colegio para sus hijos. Y también tener preferencias ante un inmigrante a la hora de optar a un empleo.

Este último punto fue el que me originó un conflicto existencial.

Mi cuñado Rafa, esta en paro y mi amigo José Miguel (intimo desde mi más tierna infancia) también. En un instante se me pasó por la cabeza esta reflexión. ¿Si hubiera solo un puesto de trabajo para dos solicitantes, a quien preferiría yo que contrataran en igualdad de condiciones? ¿A mi cuñado o a mi amigo, o a un inmigrante marroquí que paga sus impuestos igual que ellos? Indudablemente me decanté para que el puesto de trabajo se lo dieran a mi pariente o a mi amigo. No me decanté porque yo odie al inmigrante marroquí me decanté porque mi instinto de la amistad y lealtad me decía que ellos deberían estar primero que el inmigrante. 

El tertuliano del programa de radio invito a la audiencia a que visitaran una web, era esta.

Yo leía atentamente el escrito y escudriñaba párrafo a párrafo a ver si había la posibilidad de que hubieran dejado suelto algún cabo. Pero no, todo estaba perfectamente atado. A veces me parecía entrever la posibilidad de  un pequeño resquicio por donde defenderme, pero nada, en el siguiente  párrafo te abrumaban con datos, fechas y citas de personalidades que son incuestionables. Así que no me quedó otra, que reconocerme como xenófobo.

En un principio me asusté. No solo por haberme descubierto xenófobo de la noche al día, sino porque la delgada y frágil línea que separa la xenofobia del racismo, la sentía planear sobre mi cabeza

Yo, que me indigné y me sublevé viendo "Arde Mississippi" con aquellos rascistas del ku klux klan torturando y asesinando a aquellos dos chicos negros. Yo, que lloré amargamente viendo las penalidades de "Kunta kinte". Cierto es que la "Naranja mecánica" esta entre mis pelis preferidas, pero no es por el carácter violento y racista de Alex, su protagonista, sino por el hecho de que aquel muchacho ultraviolento se fuese modelando hasta casi alcanzar la bondad absoluta. Yo, que ayudaba a subir los cinco primeros escalones de la portería donde vivía a mi vecina marroquí cuando venia con el bebé en su cochecito. Yo, que casi aborrezco el pescado porque mi vecino marroquí del 2º-2ª me despertaba todas las mañanas para cortésmente ofrecerme parte del pescado que él se quedaban al finalizar su jornada de pesca. Su afán de agradecimiento hacia mi era desmedido. El se percataba que lo trataba como a un igual y eso le llenaba de orgullo. Me veía en la obligación moral de aceptarle el pescado que a diario me traía, aun a riesgo de haber estado al borde de aborrecer los Júreles, las Sardinas y los salmonetes.

Aun así, esta mañana mientras me lavaba los dientes no podía creer lo que veía reflejado en el espejo. Era la cara de un xenófobo, la cara de un aspirante a racista. Estuve a punto de escupirle a ese espejo. Por unos instantes, vi a ese monstruo del espejo embutido en una cazadora “Bomber”, unas “Martins” de puntera acerada y luciendo la cabeza rapada con sus patillas estilo hacha, a la vez que golpeaba sus talones uno contra el otro y extendía su brazo derecho en un claro saludo fascista.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Perdóname padre por qué he pecado, soy xenófoba.
Castígame, enciérrame en la torre más alta de las pesadillas humanas y tira la llave.