El otro día charlando en una conversación informal, con un amigo cibernético, uno de esos que esta hecho a base de unos y ceros, portador de unos de los cerebros mas “mal” maravillosamente amueblados de cuantos surcan la red de redes. A pesar de los pesares nos transmitimos buenas vibraciones, es mas creo que le amo. Pero como diría el señor lobo en Pulp ficción, “dejemos de chuparnos las pollas y vayamos al grano”.
Resulta que este amigo había programado su mañana dominical para asistir a una exposición de un conocido y afamado fotógrafo español. Conocido por muchos, porque un servidor que presume de gustarle el arte no lo conocía, si bien algunas de las instantáneas que posteriormente “googleé” si las había visto, la obra y la trayectoria del fotógrafo en cuestión la desconocía …en dos palabras in-perdonable, pero bueno , errar es de humanos darse cuenta después, una autentica putada.
Pues bien ahí iba nuestro amigo embutido en su parka, camel militar, bien abrigado (las inclemencias meteorológicas de su ciudad son cosa seria) y armado con un bloc de apuntes y su roller de tinta china.
Lo que en un principio se presuponía una placida mañana dominical se convirtió en una decepcionante experiencia. Al parecer la exposición que estaba programada del fotógrafo Alberto García Alix, ya no estaba en el programa del museo y había sido sustituida por otra, y en la sala donde debían de colgar las fotos del que para muchos ha sido el fotógrafo oficial de la movida madrileña, había una instalación de esas vanguardistas que en nada se le parecía a lo que el iba a ver y por lo que le hizo salir de sus mantas calentitas a nuestro buen amigo.
Luego, a grandes males, pequeños pero laboriosos remedios.
El equipo de nosolovih incansable luchador por complacer a sus lectores (5 aprox.) y velar por la felicidad de nuestros iguales, se planteo el siguiente reto; ¿si la exposición se fue, sin tan siquiera mirar atrás, sin previo aviso por arte de birle y birloque, como un mal torero tras una mala faena? Traigámosle la exposición aquí, a su casa, para que se pueda recrear delante de su monitor, fumando un “cigarrillo” disfrutando de lo que el destino caprichoso le privó esa fría mañana de domingo.
Así que nos pusimos manos a la obra y aquí tenemos el resultado, “De donde no se vuelve” la exposición que no pudo ver mi amigo. No están todas las que son, ni son todas las que están, pero adiós pongo por testigo que no escatimamos esfuerzo para tamaña empresa.
Bueno, una vez vistas las fotos, os podéis hacer una idea de la catadura moral de nuestro amigo. Nosolovih ni da, ni quita razón, solo somos simples notarios de la rabiosa actualidad.
Resulta que este amigo había programado su mañana dominical para asistir a una exposición de un conocido y afamado fotógrafo español. Conocido por muchos, porque un servidor que presume de gustarle el arte no lo conocía, si bien algunas de las instantáneas que posteriormente “googleé” si las había visto, la obra y la trayectoria del fotógrafo en cuestión la desconocía …en dos palabras in-perdonable, pero bueno , errar es de humanos darse cuenta después, una autentica putada.
Pues bien ahí iba nuestro amigo embutido en su parka, camel militar, bien abrigado (las inclemencias meteorológicas de su ciudad son cosa seria) y armado con un bloc de apuntes y su roller de tinta china.
Lo que en un principio se presuponía una placida mañana dominical se convirtió en una decepcionante experiencia. Al parecer la exposición que estaba programada del fotógrafo Alberto García Alix, ya no estaba en el programa del museo y había sido sustituida por otra, y en la sala donde debían de colgar las fotos del que para muchos ha sido el fotógrafo oficial de la movida madrileña, había una instalación de esas vanguardistas que en nada se le parecía a lo que el iba a ver y por lo que le hizo salir de sus mantas calentitas a nuestro buen amigo.
Luego, a grandes males, pequeños pero laboriosos remedios.
El equipo de nosolovih incansable luchador por complacer a sus lectores (5 aprox.) y velar por la felicidad de nuestros iguales, se planteo el siguiente reto; ¿si la exposición se fue, sin tan siquiera mirar atrás, sin previo aviso por arte de birle y birloque, como un mal torero tras una mala faena? Traigámosle la exposición aquí, a su casa, para que se pueda recrear delante de su monitor, fumando un “cigarrillo” disfrutando de lo que el destino caprichoso le privó esa fría mañana de domingo.
Así que nos pusimos manos a la obra y aquí tenemos el resultado, “De donde no se vuelve” la exposición que no pudo ver mi amigo. No están todas las que son, ni son todas las que están, pero adiós pongo por testigo que no escatimamos esfuerzo para tamaña empresa.
Bueno, una vez vistas las fotos, os podéis hacer una idea de la catadura moral de nuestro amigo. Nosolovih ni da, ni quita razón, solo somos simples notarios de la rabiosa actualidad.
2 comentarios:
Pues la verdad es que yo no me levantaría para ver estas fotos, estos no volverán, pero vamos yo tampoco.
Muy majos sois al ponerle al colega aquí las fotos.
Uhmmmm no se con cual me quedaría,quizas la del nachito? nu se yo, jejeje.
Un besazo
Muy bonitas las fotos , algunas subidas de tono pero muy originales
buen detalle yuno
besos
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