A las 3 serán las 2

Para los despistados que aún no se han enterado, esta noche toca cambio de hora. En la madrugada del domingo 26 de octubre habrá que retrasar una hora los relojes. La razón es tener una hora más de luz diurna.

Este cambio es molesto para algunos, ineficaz para otros, pero obligatorio para todos los miembros de la UE. Según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), el cambio horario supondrá un ahorro energético para los hogares del 5%.

Por mucho que lo repitan no tiene porque ser real, hay expertos que dicen que el ahorro nunca supera el 0,1% del consumo anual, y verdaderamente yo no creo que lo vaya a notar en mi factura.

Incluso si existiera un ahorro real, no todo sería positivo.

Los expertos sanitarios aseguran que el cambio de horario en otoño suele ser algo perjudicial en personas propensas a jaquecas y migrañas, o con tendencia a la depresión, pues la falta de luz diurna puede influir más en el estado de ánimo.
Es con el cambio de hora de verano cuando ganamos una hora a la luz solar, y en estas fechas tan sólo recuperamos esa hora perdida en marzo, teniendo la sensación ahora de más invierno, más oscuridad, etc..., y es que, el lunes a las 8 de la mañana aun será de día, pero a las 6 de la tarde prácticamente será de noche.
Este cambio de hora afecta al reloj biológico de las personas y provoca trastornos en el sueño especialmente en niños y ancianos. Las consecuencias no son graves, los problemas duran poco y nuestro organismo acaba acostumbrándose en días.

Pero como ejemplo, hasta que el organismo se acostumbra el riesgo de accidentes aumenta. Según la RACE, la proporción de fallecidos en accidentes de trafico por la noche se incrementa del 35 al 55% con la entrada del horario de invierno.

Lo que si es cierto es que esta noche con el cambio de hora, lo que ganaremos será una hora más de sueño, o de juerga, según ya cada uno.