jueves, 15 de abril de 2010

Irina y Eva Ionesco


En 1974, en la galería Nikon de Paris, presentó su primera exposición, la que hasta entonces era una desconocida en el mundo del arte. Tres años más tarde ya era la artista del año en el anuario fotográfico de Times-Life.

Irina Ionesco, nació en Paris en 1935, hija de inmigrantes rumanos.

La fotografía de Irina se podría describir básicamente como erótica, pero no esta exenta de simbolismos; glamour, incitación, fetichismo, sugerencia.

Sus imágenes poseen una agresividad misteriosa. Mujeres semidesnudas cubiertas de joyas y atrezzos, guantes, corpiños, cuero. La pose es estática, serena, desafiante para quien la mira. Todo el ambiente invita a una inminente bacanal de sexo y violencia.

Erotismo y muerte, misterio y elegancia. Cada espectador pondrá su calificativo, pero nadie quedara indiferente ante la fotografía de Irina.

En 1965, nace Eva.

Eva sería el artífice indiscutible del gran despegue internacional de Irina Ionesco.

Como cualquier otra madre, Irina fotografía a su pequeña, sigue la evolución de se crecimiento. Pero con tan solo cinco años, Eva se convierte en la modelo preferida de su madre.

Comienza a ataviarla con los ropajes y joyas de sus modelos de mayor edad y en poses de un alto contenido erótico.

En esa primera exposición de 1974 en la galería Nikon, los allí presentes quedaron boquiabiertos. Unos fascinados otros escandalizados. Unos creían estar ante la obra de un genio sin parangón, otros ante la obra de un pervertido y manipulador pederasta.

Las fotos de Eva dieron la vuelta al mundo, a un mundo donde las libertades y la transgresión estaba en su punto más álgido. Mayoritariamente la obra de Irina a pesar de la controversia producida tuvo una excelente aceptación.

Mas tarde, a la edad de once años, Eva apareció desnuda en el Playboy de 1975 y un año después en la revista Penthouse. Eva ha sido la modelo mas joven en posar para estas publicaciones.

Si bien a Irina se le respetó y elogió la serie de fotografías que ofreció en la exposición, se le criticó duramente ante el hecho de que posara la niña para estas publicaciones para adultos.

Irina argumentaba que el dinero de esas publicaciones seria para pagar la carrera de arte dramático en Theater des Amandiers, una de las escuelas más exclusivas para las artes del espectáculo que hay en Francia.

Eva realizo algunas películas donde seguía explotando su belleza de “pequeña muñeca lolita”. En 1976 protagonizó a las ordenes de Roman Polanski “El inquilino”, un thriller de terror psicológico.

Visto lo visto, se nos hace extraño, imposible diría yo, que en estos tiempos que corren dejasen exponer en una galería de arte las fotografías de la pequeña Eva. Lo mismo daría que fuese dentro de un contexto artístico como de unas fotos carnavalescas. Los antiguos progresistas de americana de pana y pantalón vaquero, hoy convertidos en un atajo de tikismikis y voraces censores de las libertades, quemarían a madre e hija en una hoguera en la mismísima puerta del sol.

Akí, más fotografías de Irina

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