miércoles, 9 de septiembre de 2009

Sobre el coño de Madonna


En 1992, mucho antes de su reconversión en feliz mamá, mucho antes de que peinara canas y los estadios los llenara a rebosar, Madonna escandalizó a medio mundo con la publicación de un libro titulado Sex. Un transgresor libro que tenía como único protagonista el sexo desde el punto de vista de la “Ambición Rubia”.

En el polémico libro aparecían una buena cantidad de imágenes eróticas, donde el lesbianismo, sadomasoquismo, dominación, sexo entre hombres, eran el hilo conductor del mismo.

La Todopoderosa Warner, fue la encargada de autorizar el libro, pero puso la condición de que no hubiera ni humillación ni burla hacia lo religioso, imágenes de bestialismo ni pornografía infantil. Aun así, Warner tuvo que llamar a la puerta de diferentes publicadores e imprentas para lograr sacar adelante el costoso capricho de la Ambición Rubia

Sex, rompia con ciertos moldes de la época. Una cubierta metálica y en su interior un buen puñado de collages de fotos monocromas, a todo color, manuscritos de la artista y un single CD, titulado “Erotic” que apareció exclusivamente con la edición del libro

Más allá del escándalo provocado, el libro pasó a ser objeto de culto y de coleccionistas gracias a importantes fotógrafos y un gran elenco de figuras de primera línea de por aquel entonces que colaboraron para el libro; Naomi Campbell, Isabella Rosellini Vainilla Ice, Joey Stefano. Los chicos de Warner se vieron obligados a sacar una segunda edición pese al elevado coste del libro, más de 200 dólares de la época.

En la pagina 77 del libro se puede leer esta reflexión de Madonna sobre su coño.

Me gusta mi coño. A veces me quedo desnuda ante el espejo mirándolo y me pregunto cómo sería sin vello como cuando era una niña. A veces me siento en el borde de la cama y separo las piernas. Y me miro en el espejo y me pregúnto qué ven los demás. A veces me meto el dedo en el coño y recorro esa oscura humedad y siento lo que debe sentir una polla o un tanga cuando estoy sobre él. Me saco el dedo y siempre lo huelo y saboreo. Es difícil describirlo, me huele fresco y lleno de vida como un niño. Adoro mi coño, es la suma absoluta de mi vida. Es el lugar donde me han sucedido las cosas más dolorosas. Pero me ha dado el placer más indescriptible. Mi coño es el templo de la sabiduría.


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