domingo, 30 de agosto de 2009

El hueso de la risa


Si tu coraza está hecha de buen acero, entonces sobrevivirás. Si, por el contrario, es pura escoria, se resquebrajará con el primer golpe, y cuando eso ocurra me colaré dentro de ti y tomaré lo que se me debe.

De pequeño jugábamos a golpearnos con la rodilla en la parte exterior del muslo del compañero. Ahora se llama bocadillo, nosotros lo llamábamos el hueso de la risa.

Eso producía un dolor intenso pero agradable a la vez. Se apoderaba de tu cuerpo un dolorcillo como tontorrón y le entraba a uno una risa floja acompañada de un ayyayayyy, uyyuyuyy. Pasados unos minutos el dolor desaparecía. Creo que en esa época de mi infancia empezó a gestarse el masokista que llevo dentro.

Pero ese tipo de dolor, como el de los santos o beatos que es buscado y aceptado para purificarte, al final se torna agradable y deja de dolerte.

El verdadero dolor es aquel que no aceptas, que te desgarra por dentro, que no te deja dormir que te provoca odio, ese al que niegas sacrificarte por el, ese por el que matarías para que desapareciera. El puto dolor del alma.

Que se jodan los metafísicos y profetas charlatanes. ¡A mi me duele y eso me jode! y ninguna frase de aliento ni palmadita en la espalda servirá para aliviarlo.

Mi dolor es mio, si, y me lo fumaré a caradeperro, pero jamás lo aceptaré como un bien purificador.


2 comentarios:

tata dijo...

aisss Tan Tan, el dolor del alma es un dolor inhumano, pobexito.
un beso para sanar esa pupita muacss.
pero me parece que tu la vendistes hace tiempo miratelo bien.
besitos

Anónimo dijo...

El dolor mas inhumano es pillarse los cojones con la tapa del piano
XD XD