lunes, 6 de abril de 2009

New look amarillo



Todos ansiamos algo que no tenemos.

Jamás nos conformamos con lo que la madre naturaleza ha elegido para nosotros.

Los blancos cada vez queremos ser más negros (léase akí).

Los negros se embadurnan en cremas autoblanqueantes, se medican con pastillas dermoblanqueadoras, y si tuvieran que vender el alma de su madre para aclarar su piel lo harían.

Las chicas no se conforman con el tamaño de sus pechos. Más y más y más. Vemos tetas del tamaño de airbags de coches, propias de espectáculos circenses.

Señores sexagenarios que lucen pectorales y bíceps de acero, implantados a golpe de talonario y prótesis de silicona.

Los asiáticos desde hace algún tiempo, cada vez quieren occidentalizarse más y más y más. No les gustan sus cabellos lisos y finos (pelos de rata le llaman algunos). El tamaño de la polla de los asiáticos, tiene fama mundial por ser de las más pequeñas de todas las razas. Millones de pelucas rizadas y espantosas permanentes lucen los chin@s con tremendo orgullo. Millones de prótesis alargadoras de pollas se esconden tras las braguetas del chino o el asiático del nuevo milenio...si Mao levantara la cabeza.

Con sus rasgados ojos ocurre algo parecido, todos quieren tener unos bonitos ojos occidentales, pero claro la madre naturaleza fue caprichosa con ellos y decidió que les otorgaría un par de ojos que en bastantes casos se asemejan a dos tomates con dos “puñalás”. Pero no importa, ellos han recurrido a la cirugía reparadora para paliar este capricho natural. Las clínicas de estética chinas florecen como fauna cadavérica en cuerpos en estado de descomposición y millones de chin@s te hacen guiños a tu paso con unos maravillosos y redondeados ojos elegidos a la carta.

¿Pero que ocurre con los que no pueden pagarse esas operaciones de ojos?

Pues no pasa nada, de nada. Los chinos que todos sabemos que son muy listos y avispados, han encontrado una solución. Todos aquellos que por motivos económicos, aprensión al quirófano o porque quieran que sus ojos sean reversible ya tienen una solución a su alcance, se llama Eye Talk.

A mi la verdad es que me ha parecido curioso el ingenio. Pero se me ha cerrado un poco el ojete al ver el video. Con el pulso que tengo, fijo que me ensarto la cornea o nada mas notar el tacto del artilugio cierro los ojos (los tres) y me pongo a lagrimear como una magdalena.



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