MomoChan, es un chimpancé adiestrado por unos japoneses que lo someten a pruebas para ver determinados comportamientos.
En esta prueba su adiestrador le pone delante de sus morros un par de suculentos y tentadores pasteles y le advierte; que no toque nada hasta que el vuelva, que se va a un “mandao”.
Después de unos instantes, el mono casi no puede contener la tentación y esta a punto de sucumbir…cuando esta a punto de meterle el dedo, el adiestrador aparece en la pantalla de una televisión que esta delante del mono. El susto que se pega es la hostia, pero cuando el adiestrador desaparece del monitor, MomoChan entra de lleno a matar sobre el pastel y se lo zampa todo.
A los pocos minutos el adiestrador entra sigilosamente por detrás y lo sorprende y le pide explicaciones de lo que ha pasado allí. MomoChan le dice que a el que lo registren, que no sabe de lo que le esta hablando, entonces le dice que ¡quien coño se ha comido el pastel!, y el mono que de tonto no tiene un pelo, le echa la culpa a los cámaras que lo están grabando.
En esta prueba su adiestrador le pone delante de sus morros un par de suculentos y tentadores pasteles y le advierte; que no toque nada hasta que el vuelva, que se va a un “mandao”.
Después de unos instantes, el mono casi no puede contener la tentación y esta a punto de sucumbir…cuando esta a punto de meterle el dedo, el adiestrador aparece en la pantalla de una televisión que esta delante del mono. El susto que se pega es la hostia, pero cuando el adiestrador desaparece del monitor, MomoChan entra de lleno a matar sobre el pastel y se lo zampa todo.
A los pocos minutos el adiestrador entra sigilosamente por detrás y lo sorprende y le pide explicaciones de lo que ha pasado allí. MomoChan le dice que a el que lo registren, que no sabe de lo que le esta hablando, entonces le dice que ¡quien coño se ha comido el pastel!, y el mono que de tonto no tiene un pelo, le echa la culpa a los cámaras que lo están grabando.
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