Hace apenas unos meses se adjudicaron 10 obras suyas por unos 700mil euros en la casa de subastas Bonhams.
Días antes en Internet alguien había pujado con 270mil euros por un graffiti estampado en una pared de Londres. Los costes de como extraerlo y como reconstruir la pared, corrían a cargo del pujante internauta, que se las arreglaría con el dueño de la pared.
El autor de estas obras no era otro que el mismísimo Banksy, el graffitero enigmático, el más famoso del mundo el más criticado, odiado, admirado y perseguido de todos los graffiteros. También el más misterioso, silencioso y escurridizo.
Ha llenado con sus graffitis el muro de Gaza (el de la vergüenza). Ha entrado disfrazado y ha colgado obras suyas llenas de humor y critica social en los mejores museos del mundo. Ha pintado sobre elefantes, cerdos. Ha hecho exposiciones multitudinarias en Los Ángeles y ha vendido obras suyas a Brad Pitt y Angelina Jolie.
Nadie fuera de su círculo de amigos íntimos conoce a Banksy, nadie sabe su teléfono, nadie sabe su correo nadie conoce su paradero. Se dice que es un chico de unos treinta y tantos años y que nació en Yate una localidad cercana a Bristol (Inglaterra).
Banksy comenzó haciendo graffitis de forma tradicional pintando sobre cualquier superficie con los coloristas sprays que todos conocemos. Pero una noche decidió cambiar de técnica. Así lo cuenta en su libro Wall and piece (Muro y pieza).
"Estábamos poniendo 'SIEMPRE LLEGA TARDE' en el vagón de pasajeros de un tren. De repente llegó la policía y salimos corriendo. No me dio tiempo a llegar a nuestro coche. Mis amigos se fueron. Yo me escondí debajo de un camión de basura. Estuve así durante una hora, mientras oía a los polis andando por los raíles, buscándonos. Decidí cambiar de táctica o dejarlo: tenía que tardar menos tiempo en pintar. Entonces vi que el tanque del motor del camión tenía letras pintadas con una plantilla. Yo podía hacer lo mismo con letras mucho más grandes".
Desde esa noche, Banksy hace plantillas con cartones que coloca en la pared y que luego rocía con el spray de pintura de coches. Es simple, directo, rápido e impactante.
Banksy llenó las calles y parques de Bristol con ratas con espíritu burlón que hacían de todo y se reían de todo; rodar a los transeúntes con cámaras, oír música, bailar, volar, romper con tenazas imaginarias candados de puertas de verdad... Se integraban en el paisaje urbano. La policía los borraba en cuanto los encontraba como hacía con los otros grafiteros de la ciudad.
Sus creaciones son siempre un manifiesto armado de ironía: la Mona Lisa sosteniendo un bazoka sin perder esa media sonrisa tan suya; dos policías de Londres dándose un morreo, una niña cacheada por un poli cuando viene del colegio con su mochila y su osito de peluche.
Ahora Banksy es un artista mundialmente reconocido. Los turistas que visitan Londres se fotografían junto a sus graffitis como si de monumentos se tratasen. Muchos de sus admiradores se tatúan sus graffitis. El ayuntamiento de Bristol que ha visto tajada en sus graffitis, ha reconocido que hay grafitis que pueden considerarse arte y otros no y que Banksy se ha ganado una reputación internacional. Si el graffiti es de Banksy se queda si no…se borra.
Todo en Banksy es contradictorio, para unos un vándalo que ensucia la ciudad, para otros un vendido que ha puesto su arte en manos de los poderosos. Un héroe del arte contemporáneo. Un anarko-activista que se refugia en el anonimato para hacer lo que le da la gana.
Sea como fuere, Banksy es un artista que lleva su obra a la calle donde todos puedan verla, que denuncia con sus graffitis ingeniosos y llenos de satírica ironía el sistema actual. Probablemente podría ser archimillonario si así lo quisiese, se ha especulado que dona muchos de sus ingresos a asociaciones no gubernamentales, quien lo sabe y que más da…¿quien es perfecto?
Akí su web…y akí muchos de sus trabajos (flickr)
Días antes en Internet alguien había pujado con 270mil euros por un graffiti estampado en una pared de Londres. Los costes de como extraerlo y como reconstruir la pared, corrían a cargo del pujante internauta, que se las arreglaría con el dueño de la pared.
El autor de estas obras no era otro que el mismísimo Banksy, el graffitero enigmático, el más famoso del mundo el más criticado, odiado, admirado y perseguido de todos los graffiteros. También el más misterioso, silencioso y escurridizo.
Ha llenado con sus graffitis el muro de Gaza (el de la vergüenza). Ha entrado disfrazado y ha colgado obras suyas llenas de humor y critica social en los mejores museos del mundo. Ha pintado sobre elefantes, cerdos. Ha hecho exposiciones multitudinarias en Los Ángeles y ha vendido obras suyas a Brad Pitt y Angelina Jolie.
Nadie fuera de su círculo de amigos íntimos conoce a Banksy, nadie sabe su teléfono, nadie sabe su correo nadie conoce su paradero. Se dice que es un chico de unos treinta y tantos años y que nació en Yate una localidad cercana a Bristol (Inglaterra).
Banksy comenzó haciendo graffitis de forma tradicional pintando sobre cualquier superficie con los coloristas sprays que todos conocemos. Pero una noche decidió cambiar de técnica. Así lo cuenta en su libro Wall and piece (Muro y pieza).
"Estábamos poniendo 'SIEMPRE LLEGA TARDE' en el vagón de pasajeros de un tren. De repente llegó la policía y salimos corriendo. No me dio tiempo a llegar a nuestro coche. Mis amigos se fueron. Yo me escondí debajo de un camión de basura. Estuve así durante una hora, mientras oía a los polis andando por los raíles, buscándonos. Decidí cambiar de táctica o dejarlo: tenía que tardar menos tiempo en pintar. Entonces vi que el tanque del motor del camión tenía letras pintadas con una plantilla. Yo podía hacer lo mismo con letras mucho más grandes".
Desde esa noche, Banksy hace plantillas con cartones que coloca en la pared y que luego rocía con el spray de pintura de coches. Es simple, directo, rápido e impactante.
Banksy llenó las calles y parques de Bristol con ratas con espíritu burlón que hacían de todo y se reían de todo; rodar a los transeúntes con cámaras, oír música, bailar, volar, romper con tenazas imaginarias candados de puertas de verdad... Se integraban en el paisaje urbano. La policía los borraba en cuanto los encontraba como hacía con los otros grafiteros de la ciudad.
Sus creaciones son siempre un manifiesto armado de ironía: la Mona Lisa sosteniendo un bazoka sin perder esa media sonrisa tan suya; dos policías de Londres dándose un morreo, una niña cacheada por un poli cuando viene del colegio con su mochila y su osito de peluche.
Ahora Banksy es un artista mundialmente reconocido. Los turistas que visitan Londres se fotografían junto a sus graffitis como si de monumentos se tratasen. Muchos de sus admiradores se tatúan sus graffitis. El ayuntamiento de Bristol que ha visto tajada en sus graffitis, ha reconocido que hay grafitis que pueden considerarse arte y otros no y que Banksy se ha ganado una reputación internacional. Si el graffiti es de Banksy se queda si no…se borra.
Todo en Banksy es contradictorio, para unos un vándalo que ensucia la ciudad, para otros un vendido que ha puesto su arte en manos de los poderosos. Un héroe del arte contemporáneo. Un anarko-activista que se refugia en el anonimato para hacer lo que le da la gana.
Sea como fuere, Banksy es un artista que lleva su obra a la calle donde todos puedan verla, que denuncia con sus graffitis ingeniosos y llenos de satírica ironía el sistema actual. Probablemente podría ser archimillonario si así lo quisiese, se ha especulado que dona muchos de sus ingresos a asociaciones no gubernamentales, quien lo sabe y que más da…¿quien es perfecto?
Akí su web…y akí muchos de sus trabajos (flickr)
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