domingo, 4 de enero de 2009

“La pastillita crea adicción”


Hace unos meses, nosolovih, en uno de esos arrebatos de locuacidad y sensatez que nos suele caracterizar, publicaba una entrada donde cuestionaba la eficacia y la alta predisposición de los médicos a recetar toda clase de ansiolíticos y medicamentos relacionados para tratar los estados de ánimo. Akí

Pues bien, seguramente ese artículo que escribimos con toda nuestra buena intención y con el fin de poner sobre aviso a quienes tomaban dichas sustancias, seguramente ese artículo pasó sin pena ni gloria como tantos otros sobre los que opinamos.

Hoy echándole un vistazo a las noticias del día , nos encontramos con un estudio donde un grupo de sesudos y eminentes profesionales pertenecientes a La Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés ha alertado sobre el elevado consumo de tranquilizantes en España, especialmente porque "la pastillita crea adicción en lugar de curar la enfermedad". Y que si con los 231 millones de euros que se gastan en esos fármacos, se podrían crear más de 9000 psicólogos, además de abrumarnos con un montón de cifras y porcentajes y compararnos con la media europea en el consumo de dichos fármacos.

Bien, conociendo a la sanidad española y especialmente a sus dirigentes (la corporación con mas subnormales por metro cuadrado de cuantas se conocen), mucho nos tememos que van a pasar de expender recetas de ansiolíticos y tranquilizantes como si fueran vales canjeables por una bolsita de caramelitos, a tener que pasar por una ingente cantidad de filtros burocráticos y recetas especiales…spain is diferent.

Desde aquí y con la reflexión que nos proporciona el tiempo pasado, queremos decirle a los de sanidad, que no comentan el error de recortar ni poner trabas burocráticas a la obtención de esos fármacos (elixir de felicidad para muchos de nosotros). En primer lugar porque van a dejar a media población española con unos monazos de cojones y en segundo lugar, porque, si, es cierto, esas mierdas de pastillas no curan una mierda la puta depresión, pero para algunos nos proporcionan un excelente modo de evasión y un colocón barato. Basta tomarse un par de diazepanes con una copita en vaso largo-kubata unos cubitos y un largo y edulcorado chorro de anís del mono, para que tu cerebro se transporte a donde ya nada te importa, a largos paseos cogido de la mano del bueno de Morfeo.

En los países subdesarrollados que no tienen acceso a este tipo de medicación, inhalan pegamento y beben alcohol de quemar de 98º, nosotros los del primer mundo, tomamos Diazepanes, Trankimacines y los regamos con anís del mono. Akí
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