lunes, 8 de septiembre de 2008

En Memoria de : William Burroughs


La Enfermedad es la adicción a la droga y yo fui adicto durante quince años. Cuando digo adicto quiero decir adicto a la droga (término genérico para el opio y/o sus derivados, incluyendo todos los sintéticos, del demerol al palfium). He consumido la droga bajo muchas formas: morfina, heroína, dilaudid, eucodal, pantopón, diccodid, diosane, opio, demerol, dolofina, palfium. La he fumado, comido, aspirado, inyectado en vena-piel-músculo, introducido en supositorios réctales. La aguja no es importante. Tanto da que la aspires, la fumes, la comas o te la metas por el culo, el resultado es el mismo: adicción.
Estaba viviendo en una habitación del barrio moro de Tánger. Hacía un año que no me bañaba ni me cambiaba de ropa, ni me la quitaba más que para meterme una aguja cada hora en aquella carne fibrosa, como madera gris, de la adicción terminal. Nunca limpié ni quité el polvo de la habitación. Las cajas de ampollas vacías y la basura llegaban hasta el techo. Luz y agua cortadas mucho tiempo por falta de pago. No hacía absolutamente nada. Podía pasarme ocho horas mirándome la punta del zapato. Sólo me ponía en movimiento cuando se vaciaba el reloj de arena corporal de la droga. Si venía a visitarme algún amigo —y rara vez lo hacían, puesto que quedaba poco que visitar de mí— seguía allí sentado sin importarme que hubiese entrado en mi campo visual —una pantalla gris cada vez más confusa y más débil—, ni cuando fuese a salir de él. Si se hubiese muerto en el sitio, yo hubiera seguido allí sentado mirándome el zapato y esperando para revisarle los bolsillos. ¿Tú no? Porque nunca tenía droga suficiente, nadie la tiene nunca.
Este pequeño extracto, esta sacado de una de las obras mas influyentes de la literatura Americana, sobre todo del siglo XX, EL almuerzo desnudo , el propio Kurt Cobain y muchos otros John Cage, Philip Glass, Patti Smith, Laurie Anderson ,Frank Zappa , Keith Richards se confesaron admiradores de Burroughs. Es un descenso a los infiernos de la droga en un mundo corrompido y morboso sin futuro, un viaje fantástico y alucinatorio profundamente sensorial con una carga sexual altísima. Es una denuncia a todos los estatutos habidos y por haber: la universidad, el ejército, el colonialismo, el puritanismo y sobre todo la psiquiatría.
La novela en cuestión no es una obra convencional de hecho muchas personas no aguantan su lectura, su manera descarnada de contar historias, su lenguaje a la vez vulgar y poético. Es difícil a veces entender lo que lees, pero aun así te gusta no dejas de leer
William Burroughs (1914-1997) nació en el seno de una familia acomodada. Su abuelo inventó una máquina de sumar que serviría para fundar la Burroughs Adding Machines, empresa que aún existe, aunque es más conocida como Burroughs. Ya desde pequeño descubrió sus inclinaciones homosexuales y su pasión por las armas de fuego. Mató a su mujer Jane de un disparo en la cabeza cuando trataba de emular a Guillermo Tell y falló el tiro, dándole entre los ojos en lugar de dar a la manzana.
Burroughs, además de artista, se vio convertido en el filósofo y aun profeta de las tres generaciones que por ahora lleva la contracultura anglosajona: los beats de los 50, los hippies y activistas de los 60 y 70, y la cibercultura de los 90. Un relevamiento textual indica que el autor moderno más citado no es otro que William Seward Burroughs. Burroughs habría llegado a ser uno de los grandes genios de la lengua inglesa de no haber sido por su adicción a las drogas. "La cárcel perfecta es aquella en la que no sabes que estás dentro de una cárcel."
El que quiera (que lo dudo!!!), puede bajársela de akí, en pdf, o en word

4 comentarios:

Anónimo dijo...

como siempre, cosas interesantes aki.
gracias

yuno dijo...

gracias anonim@, como siempre intentamos divulgar, o en su defecto recordar,cosas que creemos que puedan ser interesantes, seguramente la mayoria de veces no lo conseguiremos, pero casi siempre en nuestra intencion esta el que asi lo sea , un saludo, y gracias a ti.

Anónimo dijo...

Quizás quien introdujo a W.Burroughs a las drogas en Tánger fue Paul Bowles, otro gran escritor norteamericano, autor entre otros de "El cielo protector". Desgraciadamente, a veces en las transformaciones de las ciudades, se echan a perder los encantos de antaño y probablemente, eso ocurra en Tánger.
Toda la decadencia de los '30 y '40, el Art Decó, etc,etc. Que bueno que citarais sobre el tema.

Anónimo dijo...

Efectivamente Jackie, aunque no creo que el matrimonio Bowles, Paul y Jane introdujeran a Burrough en las drogas porque este ya venia bien curtidito de América, seguramente la relación con ellos no colaboraría mucho a que Burrough dejara las drogas. Los Bowles en esa época que estuvo Burroughs en Tánger, estaban bastante asentados ahí. Ellos fueron los anfitrionones de la practica totalidad de la generación Beat , Jack Kerouac, Allen Ginsberg , Truman Capote(que también pasaba por allí), todos eran bien recibidos y bien surtidos de mercancía. La sra. Bowles también era una buena pieza; bisexual, drogata, también intelectual, pero tenían todos los vicios habidos y por haber. En finssssss unos angelitos!! Pero casi la practica totalidad de esa generación, fueron unos grandes literatos.
______tnz________