sábado, 21 de junio de 2008

Figuras en las nubes


Es prácticamente imposible pretender saber lo que las personas piensan cuando van caminando por la calle, si nos sentamos en el banco de cualquier paseo y observamos a la gente que van caminado podremos sacar alguna conclusión o jugar a adivinar que estarán pensando esas personas pero rara vez sabremos con certeza donde estan sus mentes. Casi todos hemos visto a personas que caminan por las calles y están tan embebidas en si mismas que hablan en voz alta y gesticulan totalmente abstraídas en sus pensamientos, eso es una imagen bastante habitual de ver en las calles, lo mismo que intentar amenizar nuestros paseos con algún juego mental que nos propongamos, ¿quien no ha sumado las matriculas de los coches aparcados, o los que nos venían al paso?, ¿quien no a intentado caminar por algún lugar sin intentar pisar las juntas de las baldosas?, ¿Quién no a jugado desde su balcón a contar a la gente pasar y decir que a la diez o quince persona que pase, esa será la elegida para pasar una noche inolvidable?, (lógicamente si la persona no es de tu agrado utilizaras algún mecanismo para hacerte trampa a ti mismo).
Estos seguramente sean algunos de los juegos o distracciones que muchos de nosotros hemos utilizado en alguna ocasión, pero seguramente habrá cientos, miles o millones de juegos o distracciones mentales. Digo esto porque yo desde hace tiempo suelo jugar a uno que casi nunca suelo perder mas que nada porque ya he desarrollado una buena técnica incluso a veces poniendo en peligro mi integridad física o en entredicho mi tendencia sexual, el juego en cuestión me ha llevado a algunas situaciones un tanto embarazosas, pero me ha dado innumerables satisfacciones, me ha hecho saborear el olor de la victoria en muchísimas ocasiones, si algún día queréis podéis hacer alguna prueba, pero no digáis que no os avisé.
El juego consiste en que cuando vayas caminando por la calle sin mucha prisa, como paseando, con el paso relajado y una aptitud de cierta seguridad en ti, mires a los ojos de algunas personas que tu elijas al azar, e intentar que la persona elegida sea ella quien aparte la mirada de la tuya, si ella aparta antes que tu la vista, la victoria es tuya, y así te apuntaras un tanto hasta llegar a la cifra que tu te hayas propuesto. Para ser justo contigo mismo el reto o juego, ha de incluir personas de diferente sexo, de cualquier edad, complexión física o estatus social.
Hace unos días paseaba por la rambla de un pueblo costero, era una mañana soleada y el paseo estaba bastante lleno, yo venia de comprar cigarrillos y el periódico y me dirigía a una terraza donde me esperaban para tomar un aperitivo matinal, de repente me propuse vencer a cinco transeúntes en el trayecto que me separaba del estanco a la terraza del Bar, cinco era una cifra que en muchísimas ocasiones había conseguido vencer en apenas treinta metros, así que el reto que me proponía era un reto de andar por casa, algo bastante accesible para mi debido a mi experiencia acumulada y a mi depurada técnica. Los dos primeros paseantes, una señora de mediana edad que paseaba con su marido y un joven veinteañero que llevaba unos auriculares en las orejas y unos aros en las aletas de la nariz, apenas me sostuvieron la mirada medio segundo, si bien el chico intento volver a mirarme al descubrir de nuevo mis ojos clavados en los suyos volvió a apartarlos de nuevo esta vez a mayor velocidad. El siguiente transeúnte era un señor trajeado con unas bonitas gafas de diseño e impecables zapatos de un negro intensamente brillante, este señor me aguanto menos que los otros transeúntes, apenas unas décimas de segundo, es posible que por la zona en que nos encontrábamos fuese algún banquero o personaje que portaba algo valioso encima y temió o dudó de mis intenciones hacia el. El cuarto transeúnte elegido, era una chica de una esbelta figura que lucia un bikini en la parte superior de su cuerpo, un mini-pantalón corto vaquero ajustado a su figura y una larga y morena melena. Esta chica, apenas clave mi mirada en sus ojos, supe que iba a ser un adversario difícil de doblegar o que me daría algún tipo de problemática debido a su espectacular belleza y a mi tan descarada forma de abordar sus ojos. La chica se encontraba a unos quince metros de mí cuando nuestras miradas se cruzaron y en ningún momento de cada paso que dábamos se le adivino el más mínimo atisbo de flaqueza en su mirada, es mas me atrevería a decir que incluso se le iba dibujando una sonrisa en sus labios a medida que nos íbamos aproximando. Dos veces estuve a punto de abandonar el juego, pero aun con mi semblante cada vez más inseguro aguante las embestidas de su penetrante mirada, al llegar al paralelo conmigo incluso se permitió la osadía de girar ligeramente su cabeza como invitándome o desafiándome a seguir con los ojos clavados los unos frente a los otros, una técnica que yo jamás utilizo para no humillar en exceso al rival. Al sobrepasarnos nuestros cuerpos y llevando ya andados como unos diez pasos, gire mi cabeza hacia atrás, para dar el visto bueno a su culo, que a juzgar por la armonía de su figura se presuponía de una belleza acorde con el resto del cuerpo, me quede petrificado al descubrir que la chica solo había avanzado un par de pasos mas una vez me había sobrepasado, y estática con su figura girada hacia mi, seguía con su mirada clavada en la mía, de pronto descubrí que aquella chica me había vencido, mi mirada se tambaleo y con un gesto de derrota en mi semblante baje los ojos hacia el suelo y volví a mirarla, jamás hallé un ápice de titubeo en su mirar, imperturbable, firme como un guerrero, la jugadora con quien me había enfrentado me había propiciado un severo correctivo, una lección despiadada que hará que este viejo y vencido jugador cuelgue sus hábitos para siempre y a los únicos juegos que se dedique sean a los de descubrir figuras en las nubes.

0 comentarios: