
“Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro”.
Ya se que muchos pensareis que es un libro infantil (y algo ñoño), pero en realidad no lo es, pues tiene muchas metáforas que se entienden mejor cuando lo vuelves a leer siendo adulto, aunque es cierto que por su sencillez y transparencia, es fácil de entender en la imaginación de los niños. El propio Juan Ramón, en un “prologuillo” a la edición aclaraba: “Yo nunca he escrito ni escribiré nada para niños, porque creo que el niño puede leer los libros que lee el hombre, con determinadas excepciones que a todos se le ocurren”.
También, es verdad que en la época de mi infancia fue un libro de obligada lectura en los colegios, como tantos otros, y que aquellas lecturas no nos hicieron ni mejores ni peores, pero si creo que por lo menos en algunos fomentaron el hábito de leer.
Algunos datos sobre la vida de Juan Ramón Jiménez:
También, es verdad que en la época de mi infancia fue un libro de obligada lectura en los colegios, como tantos otros, y que aquellas lecturas no nos hicieron ni mejores ni peores, pero si creo que por lo menos en algunos fomentaron el hábito de leer.
Algunos datos sobre la vida de Juan Ramón Jiménez:

Lo que si es cierto es que fue una persona compleja y enferma, padeció depresiones nerviosas toda su vida, y una fuerte debilidad física, además de poseer una profunda hipersensibilidad que le llevó a entrar y salir del hospital varias veces, en muchos casos por la nostalgia que tenía de su país y su familia.
Recientemente ha sido publicado "Juan Ramón Jiménez. Crónica de un Nobel" por Alfonso Alegre, que recoge el duro camino que tuvo que seguir el poeta hasta la obtención del Nobel.
0 comentarios:
Publicar un comentario