martes, 20 de abril de 2010

El ocaso de una vesícula



Me pregunto si nuestros órganos internos tendrán  pensamientos propios.

Quiero decir, sabemos que nuestro cerebro es el encargado de transmitir información a diferentes partes de nuestro cuerpo mediante los neurotransmisores o neuronas o  cualquier otra vía de comunicación o como buenamente sepan o puedan, da igual. Mi cerebro le dice a mi mano, coge ese vaso y mi mano va y lo coge. Acto seguido le dice llévatelo a la boca y absorbe el contenido que hay dentro, y lo hace. Todo eso en milésimas de segundos, centésimas o simplemente un acto reflejo...Sigo.

Pero mi galimatías mental es otra cosa. A ver si logro explicarme.

Mi corazón late y yo (ósea mi cerebro), no le dice que lata, el lo hace por su cuenta,  bombea mi sangre y la distribuye por todos los canales sanguíneos de mi cuerpo.

Mi riñón hace su función igualmente. Sin yo decirle nada. El por su cuenta y riesgo  coge mi sangre la filtra y cuando sale de el, sale completamente limpia y los residuos   malos que ha filtrado los lleva a mi vejiga y desde ahí, zassssss, directamente al Sr.  Roca.

Pues lo mismo que actúan por su cuenta, podrían pensar por su cuenta, ¿o no?

Mi Vesícula Biliar, también hace su función ¿?...la hace?- Joder!!, no la hace, pero  ella la hacía.

Ella se encargaba de suministrar la bilis para que mis procesos digestivos fueran  perfectos. Era comer carnes o grasas y ella, Fuisssssssssss, liberaba un buen chorro de bilis hacia mi duodeno. Todo era perfecto, todo iba como la seda. Si se requería más  bilis, ella la daba, sin escamotear ni una gota, sin censurarme si había comido  demasiadas porquerías y le hacía trabajar en exceso. Hacía su trabajo y no se  preguntaba que podría trabajar menos con el simple hecho de que yo simplemente me  alimentara de alimentos menos sebosos y de difícil digestión.

Ahora no hace bien su trabajo. Los sabios doctores han decidido que ya no es útil  para mi organismo, que puede ser más perjudicial que beneficiosa su estancia en mi  abdomen. Por tal motivo, la sentencia es firme y rotunda; hemos decidido prescindir de tus servicios. Después de tantos años, ahora ya no me sirves, ya no te quiero, eres un lastre para mi cuerpo. Putos egoístas.

¿Que pasa con todos esos años que hizo bien su labor, ehhh ? ¿No recibirá ni el más  mínimo reconocimiento?

Hasta el asesino más despiadado tiene derecho a una segunda oportunidad. Tú,  vesícula querida ni siquiera tendrás un puto lugar privilegiado entre los despojos del cubo del hospital.

¿Que hará ella cuando vea el relucir del afilado bisturí del cirujano aparecer por el interior de  mis carnes?, ¿intentará esconderse cobijándose bajo las faldas de mi maltrecho hígado?

¿Que hará cuando las certeras tijeras la estén separando de mi?

Seguramente implorara perdón. Quizás intente aferrarse a la base de mi páncreas  para, en un ultimo intento de desesperación gritar con todas sus fuerzas; PORQUE!!  YO?, PORQUE!! A MI?, QUE HE HECHO YO PARA MERECER ESTO?

Querida Vesícula, nadie nos dijo que veníamos al mundo de yuppy, donde las casas son de chocolate y la bondad del hombre es infinita. Esto es una puta jungla y aquí el que más muerde es el que mas come. No has estado hábil ni lista, y te vas a comer el marrón de mi desorden interno.

Que el reino de los despojos te acoja en su seno, te echaré de menos.

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