¡Suicídate o mata!

Después de la segunda cerveza me lo soltó.

-Verás, hace unos días he estado a punto de lo peor…de lo peor o de lo mejor, aun tengo mis dudas. Pero esta frase que leí por ahí me hizo volver a replanteármelo.

Tan valiente es el que sufre con constancia las penas del alma, como el que se manifiesta firme ante la metralla de una batería enemiga. Abandonarse al dolor sin resistir, matarse por substraerse a él, es abandonar el campo de batalla antes de haber luchado.

( Napoleón I )

-¿Eso hizo cambiar tu determinación?, ¿ese puto embaucador de masas hizo que esa dura decisión que habías tomado te la cambiara? 

No es tu caso.

Tú no has abandonado el campo de batalla huyendo de la metralla enemiga. Tú no te has negado a un peregrinar de hospital en hospital, ni a duras y dolorosas pruebas. Tú no has rechazado la mano de la psiquiatría, incluso cuando apenas tenías fuerzas para balbucear unas ininteligibles palabras con la baba cayéndosete sobre el frontal de tu camisa.

No amigo, no. Nadie de este mundo podrá decir jamás que abandonaste el campo de batalla sin salir a pecho descubierto a tirar piedras al enemigo mientras el te bombardeaba con misiles.

¿Qué coño sabe napoleón I de ti? ¿acaso vendrá él a extenderte la mano cuando la angustia apenas te deje respirar? ¿vendrá él cuando estés herido y  desfallezcas tirado en el campo de batalla?...¡¡Puagggggg!! que se joda Napoleón I y el segundo y todo su puto árbol genealógico y que se joda toda esa chusma de “loqueros” jovenzuelos con sus carreras pagadas de las arcas de papá con deportivos aparcados en la puertas de sus consultas. Que saben ellos.

En esta vida demasiadas decisiones están tomadas por terceros, no dejes que nadie decida por ti, y mucho menos el puto fiambre de Napoleón. Se tu mismo

Solo tú sabes lo que se cuece en tú interior, solo tú conoces tus limites, solo tu conoces tu sufrimiento. Lo has intentado y no encuentras la solución, quizás no exista.

¿Y si lo que habías decidido esos días atrás fuese un acto de compensación y justicia para los que habéis sido abandonados a vuestra suerte? un acto de justicia aplicada por la mano del que padece su propia angustia.

El desaparecer de este mundo no es un acto de cobardía, no, no lo es. Tú no elegiste venir, ni encontrarte con un plan trazado de antemano. Pero tú si puedes elegir marcharte. Cuando quieras,  donde quieras, cuando te apetezca cuando creas que llegó tu momento.

En cierta ocasión me dijiste que lo más cerca que habías estado de la felicidad eran las noches que dormías del tirón y sin sobresaltos. Si ahí está tu felicidad busca el sueño eterno, se feliz.

A la mañana siguiente encontraron su cuerpo sentado placidamente en su sofá con una jeringuilla clavada en su brazo y una media sonrisa dibujada en sus labios.

Yacía sumido en su anhelado sueño eterno. No hubo notas, no hubo reproches.