Nosolovih, siempre con los pingüinos, que no con las pingüinas.
Colby Chipman, es un niño autista de 7 años.
El pasado mes de octubre, Michelle (la mamá de Colby) intentaba abrirse paso entre la casa, repleta de juguetes del niño.
Ni corta ni perezosa, le arreó una patada a un pinguino inflable que le cortaba el paso.
Y ahí en ese justo momento fue donde se desencadenó esta rocambolesca y bonita historia.
Colby que se percató de la jugada, fue corriendo a su habitación, cogió un lápiz y un papel y dibujó un cartel que lo pego en la nevera.
El mensaje era claro y contundente; "Prohibido dar patadas a los pinguinos".
Esas serian las nuevas normas de la casa.
La anécdota hizo mucha gracia a la familia, y el día de acción de gracia, Michelle lo relataba en la mesa de los allí reunidos. Charly, hermano de Michelle y tío de Colby, le pidió a esta si le podía mandar por email el dibujo del niño. Michelle se lo mandó y Charly se encontró con esto. Charly convirtió los trazos de lápiz que el niño había dibujado sobre un folio amarillo, en negro puro, con el fin de poder ver mas claro el dibujo y pasárselo a Paula (hermana de ambos) para que ella hiciera una camiseta y se la regalara a Michell el día de Navidad (akí está).
A los pocos días, otro tío del niño, subió la foto a la red social "Reddit" y contó la historia del dibujo en su blog. Algunos no se creyeron la historia y dudaron de la autenticidad del dibujo.
Pero las cosas del azar son así. Un investigador Británico que trabaja en la Antártida tropezó por casualidad con el dibujo y su historia, y decidió tomar cartas en el asunto. Imprimió varios de los dibujos del niño y los colgó en diferentes lugares de la base, akí y akí.
Después hizo algunas fotos de los carteles junto con pingüinos y focas autenticas y los subió a Reddit.
En el escrito que acompañaba a esas fotos decía; Ahora esta es la política oficial en todo el territorio antártico, "Prohibido dar patadas a los pingüinos".
Según cuentan sus familiares, Colby se llevo una gran alegría "no paraba de saltar y gritar con los brazos en alto; ¡ese es mi dibujo, ese es mi dibujo!
La historia del dibujo de Coldy se ha hecho tan popular que van a seguir haciendo camisetas y merchandising, y todo el dinero que recauden lo donaran a la asociación nacional del autismo en EEUU.
visto akí
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