viernes, 11 de diciembre de 2009

Tú perfecta imperfección



Claude Monet pintó los nenúfares al final de su vida y legó al mundo unos prodigiosos paneles de increíble belleza.

Picasso pinta en 1907 Las señoritas de Avignon y rompe con todo lo sublime de la tradición pictórica creando un punto de inflexión donde ya la pintura jamás seria la misma.

Miguel Ángel esculpe a golpe de cincel en un bloque de mármol de más de 5 metros su famoso David y deja al mundo boquiabierto durante más de 500 años.

Todas estas obras de arte son una mierda.

Son obras inanimadas no evolutivas. Pintura seca sobre una tela y pedazos de piedras pulidas por la mano del hombre. Son obras perfectas.

Solo tú eres lo absoluto. La verdadera obra perfectamente imperfecta.

La utopía de la perfección que tanto anhela el ser humano ha quedado relegada a un proyecto finito donde una vez concluido jamás evoluciona.

Tu perfecta imperfección siempre está en constante evolución. Apenas perfeccionas una de tus muchas imperfecciones, irrumpes en la búsqueda y solución de otra imperfección.

Eso te hace única, te hace sublime, te acerca a lo no terrenal a lo espiritual, a lo que linda con el cosmos.

Eres perfecta para amar e imperfecta para razonar.

Eres imperfecta porque no controlas tus emociones. Eres perfecta porque tienes miedo a la oscuridad y duermes con la tele encendida. Eso te convierte en una obra perfectamente imperfecta.

Tu perfecta imperfección te llevará a la búsqueda de la perfección. Te hará perseverar ante el desaliento y a sortear obstáculos. Tan pronto hayas sorteado las aflicciones que te invadían volverás a embarcarte en la solución de nuevas dificultades, nuevos retos.

Y así en un bucle infinito; solución, problema, problema solución, solución problema, problema solución.

Eres perfecta porque desconoces que eres imperfecta.

Eres lo más cercano a Dios. Eres la perfecta obra imperfecta.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Hasta que no se añora lo perdido, no se ve lo adquirido.
La perfección del amor es morir por amor.