jueves, 5 de noviembre de 2009

Holgazaneando un domingo por la tarde


Que estamos en una playa, me dice.

Que en un supermercado le digo. Que hay un velero. Que hay unas bambas con lunares rojos y azules. ¿En la playa? no, en el supermercado.

Sin embargo, no hemos salido de esta habitación. Cuatro paredes amarillas. La ventana pequeña y al lado, el ropero con espejo de luna. En el techo una gotera en la pared de la izquierda. Si se mira hacia la ventana las revistas apiladas sobre la mesa y enfrente, la cama en la que hacemos estos viajes.

Ahora hemos vuelto porque llueve.




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