sábado, 21 de marzo de 2009

El dulce sabor de lo prohibido



De todos es bien sabido, que el ser humano tiene infinidad de características que lo hacen único. De todas ellas hay una que se repite como una especie de plegaria

¡Sentimos atracción por lo prohibido!

Por aquellas cosas que no se nos permite hacer, por aquello que aun a sabiendas que es prácticamente inalcanzable, albergamos la esperanza de que algún día será posible.

Muchos Gays dentro de su atracción por lo prohibido, alojan en su mente la fantasía de poder conquistar a un hombre Hetero, de poder cambiar su tendencia sexual, de soñar que ese hombre pueda llegar a enamorarse de el.

Si bien seguramente se habrán dado casos al respecto, eso no suele ocurrir en la inmensa mayoría de las ocasiones. Un hombre Hetero, no siente atracción por otro hombre. Un hombre Hetero puede sentir curiosidad por lo prohibido y como tal querer experimentar la sensación de estar con otro hombre, pero raramente un hombre Hetero podría llegar a enamorarse de un hombre Gay porque no es su condición. Puede querer a una persona como individuo independientemente de su condición sexual, pero de igual forma que un chico Gay es muy difícil que se convierta en Hetero y se enamore de una mujer y mantenga unas relaciones sexuales plenas, eso mismo ocurre con un hombre Hetero.

Todos hemos oído hablar a chicos Gays que han tenido relaciones con chicos Heteros, con hombres casados con hijos y muchos argumentan que la homosexualidad es algo que se aloja en el ser humano, que todos tenemos algo de homosexuales. Puede ser. Eso seria un largo debate y seguramente en los innumerables estudios y teorías de cantidad de psicólogos o sexólogos, seguramente no haya un acuerdo pleno referente a este tema.

Lo que si es sabido y plenamente contrastado, es que muchos Gays debido a los estigmas sociales, esconden su homosexualidad en el matrimonio, en la vida de parejas mixtas, en los roles del Heterosexual felizmente casado y sin un vestigio de plumaje que haga sospechar al mundo que lo rodea. Son los Gays que jamás saldrán del armario, los Gays que viven una vida ficticia y que en cuanto tienen una ocasión buscan relacionarse con personas de su mismo sexo, porque esa es su condición verdadera.

Los Gays tienen que romper esa brecha de idealización hacia el hombre Hetero, esa especie de quimera que les hace soñar con lo prohibido, con el reto de conquistar a un espécimen heterosexual, que dicho sea de paso esta en peligro de extinción.

Yo tengo un sueño.

Tengo una atracción por lo prohibido, por lo difícil, tengo tentaciones. Lucho contra ellas. De momento gano yo. No se cuanto resistiré. Pero como dijo Oscar Wilde: La única forma de vencer a una tentación, es dejarse arrastrar por ella

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