Varón 35 años, 3 años arreglando su vivienda para irse a vivir con su novia
Los salvadores del pueblo vasco ponen una bomba en la sede del Partido Socialista de Euskadi. No hay victimas. La sede del partido destrozada, las viviendas colindantes sufren cuantiosos daños materiales. Una de ellas, la de nuestro amigo. A tomar por culo su sueño de irse a vivir con su novia.
Emilio Gutiérrez que así se llama el chico, al día siguiente, después de una manifestación de repulsa, hace una visita a una herriko taberna.
Emilio va a cara descubierta a visitar la herriko taberna. No usa pasamontañas, va a plena luz del día y las cámaras son testigo de sus actos.
Emilio toma un mazo y se abre paso a través de los cristales para tomarse un “chikito” y calmar su sed…cuatro asquerosos cristales de mierda rotos, ni punto de comparación con los desperfectos de su casa. La Ertzaintza lo detiene y lo esposa. Emilio no se mea en los pantalones.
Esta madrugada como vulgares ratas salidas de sus madrigueras, con nocturnidad y alevosía los salvadores del pueblo vasco han sembrado las calles de Lazkao con pintadas y pancartas llamando a Emilio fascista y dibujando dianas con su nombre.
Emilio ha perdido, las ratas han ganado.
Los salvadores del pueblo vasco ponen una bomba en la sede del Partido Socialista de Euskadi. No hay victimas. La sede del partido destrozada, las viviendas colindantes sufren cuantiosos daños materiales. Una de ellas, la de nuestro amigo. A tomar por culo su sueño de irse a vivir con su novia.
Emilio Gutiérrez que así se llama el chico, al día siguiente, después de una manifestación de repulsa, hace una visita a una herriko taberna.
Emilio va a cara descubierta a visitar la herriko taberna. No usa pasamontañas, va a plena luz del día y las cámaras son testigo de sus actos.
Emilio toma un mazo y se abre paso a través de los cristales para tomarse un “chikito” y calmar su sed…cuatro asquerosos cristales de mierda rotos, ni punto de comparación con los desperfectos de su casa. La Ertzaintza lo detiene y lo esposa. Emilio no se mea en los pantalones.
Esta madrugada como vulgares ratas salidas de sus madrigueras, con nocturnidad y alevosía los salvadores del pueblo vasco han sembrado las calles de Lazkao con pintadas y pancartas llamando a Emilio fascista y dibujando dianas con su nombre.
Emilio ha perdido, las ratas han ganado.
Debemos matarlos, debemos incinerarlos, cerdo tras cerdo, vaca tras vaca, aldea tras aldea, ejército tras ejército, y me llaman asesino, ¿cómo hay que llamarlo, cuando los asesinos acusan a los asesinos? Mienten, mienten ¿y tenemos que ser misericordiosos con los que mienten? les odio, ¡Dios cómo les odio!".
Coronel Walter E. Kurtz "Apocalypse now”
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