martes, 11 de noviembre de 2008

"Ohhh dios mío como quiero a mi camello"


Los tiempos están cambiando.

Esto ya no es lo que era. Aun recuerdo aquellos tiempos remotos en que tomar drogas era sinónimo de transgresión, de un determinado “status marginal” de un tipo de conducta contestataria contra el sistema, donde compartir un porro era algo así, como el alinearte con unas inquietudes y afinidades Undergrounds, donde la droga era un simple vehiculo para llegar a explorar nuevos horizontes.

Así, los cocainómanos eran considerados la “elite” de los drogatas, donde sus consumidores mas habituales eran apuestos ejecutivos y yupies con trajes caros de las firmas mas afamadas.

Los consumidores de cannabis eran los drogatas mas campechanos, los considerados “todo terreno” unos cuantos canutos y unas cervezas, eran cuanto necesitaban para pasar las frías tardes de invierno jugando a las cartas o a los marcianitos en los bares.

Los heroínamos, (ahora considerados la escoria de los drogatas) eran considerados por algunos, como esos chicos sin limites de experimentación que transgredían aun mas si cabe las normas sociales impuestas y a los que les importaba una mierda cuanto ocurría a su alrededor.

Los Psicodélicos o habituales del Acido, eran esos chicos místicos que se envolvían en un áurea de culturas orientales y meditaciones varias que andaban descalzos y lucían flores en el pelo.

Luego llegaron los chicos del éxtasis, con sus rutas del bacalao y su “smile” amarillito que retomaron un poco el espíritu de todos los anteriores grupos de drogatas, que pasaban interminables horas bailando frenéticos ritmos machacones, follando como “descosios” y depurándose los riñones de impurezas por el agua que bebían.

Atrás quedaron los tiempos y las interminables horas de espera a que apareciera tu camello, tu dios tu salvador, al que le hubieras ofrecido tu alma y a tu hermana para que te vendiera un poco del néctar del bienestar…ohhh dios miooo como kiero a mi camello.

Ahora el servicio y la entrega es domiciliaria te basta pulsar un par de teclas de tu móvil para que tu proveedor habitual se persone de inmediato en el punto acordado, si no tienes dinero, no te preocupes el te financia, te hará el plan drogata-ahorro que mas te convenga, sin intereses y en cómodos plazos.

La crisis galopante donde nos encontramos ha llegado hasta las mismas raíces de la marginación, los camellos han perdido su dignidad y abaratan los precios de sus productos ofreciendo packs de drogas a saldo de mercadillo. Los camellos, antaño dioses de las cloacas, convertidos hoy en día en voceros de aparcamientos y discotecas de baja estofa.

Ser drogata hoy en día no esta de moda, la masificación de la misma hace que ya no seas un chico “cool” ni fashion, te convierte en vulgar te convierte en masa te convierte en parte de una turba de garrulos que se meten anestésico de caballos al ritmo “frenético” de Camela.
Akí .

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