Este año estoy notando que se están retrasando.
El año pasado por estas fechas, ya estaban aquí.
Me tienen preocupado. Jamás faltan a su cita. Aquí tienen su hogar de verano, aquí sacan adelante a sus crías.
Unos dicen que es el mal tiempo, que esta primavera es inusual, que el frío les ha roto su ciclo.
Su ciclo.
Los ciclos se rompen, son periodos de tiempo que se agotan que se evaporan se esfuman, se te escapan entre los dedos. No es malo ni bueno el final de un ciclo, simplemente se transforma...como la materia
Pero los ciclos son caprichosos y aparecen sin previo aviso.
A veces se prevén los cambios de ciclo. A veces si tienes un ciclo favorable puedes intentar prolongarlo y a veces si es desfavorable puedes intentar romperlo.
Ellas deberían saberlo. Ellas tienen esa especie “Tomtom Navigator” de última generación insertado en sus pequeños pero sofisticados cerebros y deberían de preverlo. Pero a veces la naturaleza les reparte malas cartas y ellas no son tahúres del juego. Pierden el envite.
Quizás al año que viene, sino por intuición, si por experiencia, sepan adelantarse al implacable crupier del destino y abran nuevas vías migratorias, porque si no ellas... ¡no volverán!
0 comentarios:
Publicar un comentario