“Barebacking”, “bug chasers”...o como hacer el gilipollas y no morir en el intento

Posiblemente haya tantas formas de excitación sexual, como personas habitamos en el planeta, cada cual puede tener la suya y para lo que a unos les escandaliza, para otros puede ser una forma valida y sugerente de obtener placer sexual.

Si bien la mayoría de personas a las que podemos preguntar, seguramente coincidirían con nosotros que algunas de estas prácticas consideradas “parafilias” como pueden ser: el sadismo, la zoofilia, la necrofilia, masoquismo, coprofilia etc. estén consideradas como desviamientos de la conducta sexual, más que una simple variedad sexual o una forma razonable de obtener placer. Pero bien, hay personas que sienten placer con estas practicas y mientras no perjudiquen a terceros y estén dentro de la ley, en teoría habría que respetarlos.

Desde hace unos años, (una década) aproximadamente, se puso de moda en al ambiente gay, una modalidad de sexo que lo llamaron “barebacking”, traducido al castellano seria algo así como “montar a pelo” (sexo sin condón). Los inicios se forjaron en New York, pero rápidamente fue exportado por todo el mundo, y hoy en día casi toda la comunidad gay conoce este término. Eran partys (fiestas), donde todos los asistentes eran seropositivos y aun con el consiguiente riesgo que conllevan las reinfecciones por el VIH o por cualquier enfermedad de transmisión sexual, los participantes a esas fiestas lo hacían con total libertad y con conocimiento de causa de los perjuicios que podrían acarrearles esa practica sexual.

Con el tiempo y la ayuda de Internet ese tipo de fiestas fueron creciendo e incorporando en sus eventos a personas heterosexuales y dentro del “barebacking” surgieron otras variantes.

Los “bug chasers” son encuentros de personas de los dos sexos que no son seropositivos y que buscan ser infectados por el VIH o por cualquier otra enfermedad de transmisión sexual.

Luego están las fiestas “Gift Givers” que están dirigidas a aquellas personas que sí son seropositivas y que quieren infectar a alguien que no lo sea, es decir a un “bug chasers”.

Otra variante es la “Russian roulette partys” que como su nombre indica, es una ruleta rusa, donde los asistentes son hombres y mujeres con o sin el VIH que tienen relaciones en grupo y nadie conoce quien es seropositivo y quien no.

Hay alguna variante mas derivada del “barebacking” pero con estos ejemplos creo que todos entenderemos de lo que estamos hablando. Y aunque la cosa parezca increíble, es posible encontrar anuncios en Internet donde se diga: "Buscamos a personas seropositivas que deseen propagar el VIH y a personas negativas que deseen volverse seropositivas".

La ley ya castiga a quienes contagian el virus del Sida deliberadamente, ¿Pero que ocurre con la gente que se expone o incluso desea ser contagiado voluntariamente?.

Seguramente la respuesta la tenga el psiquiatra de turno o algún loquero especializado en gilipollas profundos, porque aunque todas las decisiones sean respetables por disparatadas que parezcan, estas personas que entran dentro de estos macabros juegos deberían pasar un test de coeficiente mental antes siquiera de poder ir a comprarse un par de zapatos ellos solos.